miércoles, 13 de mayo de 2009

El misterioso caso del periodista anónimo y mal informado

En el artículo aparecido en Crítica, sorprende la cantidad de mala leche vertida y la desinformación . Los subsidios para la traducción de una obra, como los que se han otorgado en este caso, se entregan a solicitud de los editores y en nada benefician al autor, salvo en que la inversión del editor se reduce, al no tener que pagar el trabajo del traductor o no tener que pagarlo en su totalidad. Son lo que dicen ser: subsidios a la traducción. La obra en cuestión -y la única que el periodista encuentra sospechosa sólo porque él no sabe quién es Pais- ya fue traducida y está próxima a aparecer en Berlín, porque este pequeño editor alemán está interesado en publicar autores latinoamericanos actuales, razón por la que solicita se lo exima de abonar las traducciones, a través de estas ayudas que cualquier gobierno interesado en difundir a sus autores, concede. Tanto es así que el libro de Mariana Enriquez fue recomendado por el propio Pais, que tiene la generosidad de seguir leyendo a sus connacionales y ofrecerse como nexo entre una desconocida (para él) y su futuro editor extranjero. Si el periodista no firmante, desconoce a Adrián Pais y sólo expone los resultados de su búsqueda en Google, será porque a este argentino radicado en Alemania, no lo auspicia sello editorial alguno, de esos que pueden organizar grandes presentaciones, premiar a los de la casa e imponer a quienes se les ocurra, inventando las listas de best sellers que publicarán los suplementos que les son serviles. En este marco, ser un escritor ignoto resulta casi un elogio. Así lo tomará Adrián, seguramente.

P.D.: Pyro, mi apellido es con i, Pereira, corazón.

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