"su cuerpo dejará, no su cuidado;
serán ceniza, mas tendrá sentido;
polvo serán, mas polvo enamorado".
Francisco Quevedo
En la espesa negrura donde puja la noche
las cosas se enajenan.
Como zombies absurdos,
como airados reflejos
contra el cristal que nos repite,
volvemos a encontrarnos.
Aplicás otra capa de óleo denso
a la vieja pintura de tu escena obsesiva:
la imagen revelada de tu esencia.
Y no cubre, y se filtra
cuando, ya desprovista de mis ojos,
te vi desmoronarte
desde tan poca altura.
Barro somos,
los desenamorados.
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