sábado, 3 de octubre de 2009

Como si


















Debajo de los arcos, en
el centro de una oculta simetría,
el corredor te roza
como una idea de fuga.
Y es entonces que buscas
el aceite que no quemó en las lámparas
su tímida confianza en un futuro.
Raspando con tus uñas rotas
ese fondo bruñido del metal,
su pátina verdosa, primogénita
de la escencial oscuridad y el desconcierto,
serás la virgen hundida y exaltada
en el ritual del sacrificio.
Sangras
como quien, puerilmente
cree vivir su vida
y se alisa el cabello en la cubierta
de un velero celeste, bajo el sol
en el muerto verano de las islas.

1 comentario:

natalia dijo...

perdida en el espejo
en ella visto
una semiosis infinita
que no abre la boca