domingo, 31 de mayo de 2009

Crítica literaria

Diálogo entre Julio Cortázar y Omar Prego:

OP: Onetti me dijo que había sido uno de los primeros lectores de "El perseguidor" y que de inmediato te escribió una carta -él, que suele escribir muy pocas cartas- declarándote su total entusiasmo.

JC: Onetti hizo mucho más que eso. Esto que te voy a contar lo supe por Dolly Muhr (Dorotea Muhr, la mujer de Onetti). Onetti leyó "El perseguidor", se fue al cuarto de baño de su casa y rompió el espejo de un puñetazo.

3 comentarios:

Vero dijo...

Recordaba esa anécdota. Más. Recuerdo el momento en que supe de esa anécdota y cómo me conmovió. No sólo por el puño en el espejo, por la energía que lo hizo levantarse de donde estuviese porque tanta intensidad tenía que ser expresada de manera física. La literatura encarnada.

Miguel P. Soler dijo...

Agradecido, Inés, de tu anécdota-post. Bello tu comentario, Vero. Pienso un poco en lo que se juega, en esta pequeña viñeta de una guerra soterrada que acaso propiciara por primera vez Henry James (y estana del otro lado Conrad.) Así como hay una guerra en EEUU de género: el de la gran novela americana (extensiva y multimass), aquí existía una guerrilla de género: el de la nouvelle o novela breve. Ahí está la bronca de Onetti: El Perseguidor vs. La Vida Breve. ¿No es interesante (y probablemente ficticio") una "guerra por géneros"?

Saludos.-

inx dijo...

No sé si guerra, Miguel, lo que Onetti expresaba era su admiración por el cuento de Cortázar, yo no entendí que comparando este relato con los propios, sino con la rara humildad de un reconocimiento de parte de un contemporáneo. Golpear el espejo acusando el golpe. Pero, de todos modos, vaya usted a saber. Gracias por la visita.