viernes, 14 de noviembre de 2008

Dice Emilia


Me gustaba esconderme:
mi padre
golpeaba con un palo
la casilla de chapa
pronunciando mi nombre en alta voz,
yo solía quedarme mucho tiempo
mirando las canoas.
Una vez
me dormí dentro de una,
era como mecerse
en brazos de una madre oscura,
me gustaba esconderme y el viejo me buscaba
a los gritos, con palos
en la chapa
los golpes.
Allá en el pueblo
había muchos árboles gigantes,
y casillas de chapa al borde del arroyo
donde amarra la gente sus canoas.
Me gustaba mirarlas.

Más allá del arroyo
había como un mar.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué buen texto ! ;)

Saludos!

inx dijo...

Gracias, saludos trasandinos!