sábado, 20 de septiembre de 2008

Cuento maravilloso


Ya no puede dormir
él subvierte la noche
la ha inundado de frases
de algún misal robado.
No hay sueño sin imágenes,
la nada es ilusoria
se desvanece en formas
que encierra entre sus bordes
el sol de la mañana.
Es la vigilia tensa
que ha enhebrado las horas
como pequeñas cuentas
de un cristal
irregular, opaco.
Sola,
no hay perla que relumbre
sola,
la despierta princesa
comprende los arcanos del misterio,
la suprema ignorancia de no saber de sí,
la estulticia
de negar lo que es dado.
Deja su caja oscura. La empujan hacia el alba

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