domingo, 8 de junio de 2008

Verse

Me parece encantadora esa historia que se cuenta acerca del retrato que Picasso le hiciera a Gertrude Stein. Parece ser que la propia Gertrude y otras personas presentes, dijeron al pintor que no encontraban su obra parecida a la Gertrude real. Picasso desestimó la preocupación de todos, asegurando que si ahora no se parecía, ya se parecería en el futuro. Así es que el tiempo se ha ocupado de aseverar sus dichos, a tal punto que cuando se piensa en G.S. es más probable que acuda a nuestra memoria la imagen del retrato pintado por Picasso, que la que registraron innumerables fotografías. Como si ésa fuera, la Gertrude real. Vean si no, este espejo:


Tanto o más interesante que la visión (en el amplio sentido que evoca el término) del pintor ante la tarea de retratar a otro, me resulta la casi insoslayable necesidad que han tenido los artistas, a lo largo de la historia, de autorretratarse; mostrándonos así, su capacidad de verse.


Aquí, Rembrandt

Uno de los muchos que pintara Van Gogh

Aquí, el suizo Ferdinand Hodler



Aquí Schiele, como desconfiando de sí mismo





Goya, en dos momentos

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