Como atraviesa el cielo
bajo el aire de enero del patio familiar
una baba del diablo,
así describe el poeta
el vagar de las almas
delante de los puentes
que dan al Paraíso.
Es que el mundo se quiebra tan fácil,
así como es posible
arruinar un trabajo delicado
si ocurre que respiras
demasiado cercano
sobre láminas de oro
tan frágiles y finas.
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