martes, 29 de septiembre de 2009

Vámonos de aquí

Digresiones acerca de G.P.


Como te conozco desde hace ya tantos años, no voy a opinar sobre tu novela, ni sobre tus dichos en la entrevista (eso te lo digo a vos, cuando te vea) Vayamos a lo importante:se te ve bien en esta foto, te sienta el verde manzana del fondo, ésta debería haber sido la foto de la solapa del libro, ya que en la que salió finalmente, tenés un rictus que te muestra un poco más rígido, te agrega años -tal vez no a los que efectivamente tenés, sino a los que aparentás-.
Ahora, decime, si bien celebramos tu regreso al jean, ¿quién te dijo que superponer esas dos remeras era, siquiera, posible? Me extraña, araña.

viernes, 25 de septiembre de 2009

Óptico



y yo que siempre suelo
guardar tan fiel memoria de las cosas
me detengo en un plano primerísimo
que acaso sólo admite
esas, tus manos pálidas cruzadas
sobre algo que tal vez, haya sido una carta
y una nube, una sombra
de una infantil vergüenza, te recorre
las pupilas impávidas y azules
(como un eco de luces del cielo de esa tarde)
y no puedo, no alcanzo, no consigo
saber de qué se trata
esa imagen que vuelve
que insiste en su sentido, sin abrirlo
a la opalina luz de mis sentidos
y sin embargo, prueba
que entonces comprendí, que en ese instante
en ese paso de puntillas sobre el tiempo
en esa brisa tenue, como un vaho del hielo
deshecho en nuestros vasos, esa tarde, la tarde
del banco en un jardín, mientras crecía la noche
de un día de verano intolerable
sin embargo, lo prueba
lo afirma con la fuerza de una verdad sonora
que en esa sóla escena del teatro de la mente
esa marca escondida en el dibujo
del revés de los naipes del tahúr
te ví como algún día te ha de fijar la muerte
con las pulidas formas del hueso de tu frente
como habrás sido antes que tus padres nacieran,
te vi, te vi, te vi
como en verdad, serías
si no hubiese este sueño de las cosas del mundo
cerrándome los párpados, obturando la luz.

jueves, 24 de septiembre de 2009

Amorosa anticipación

Ni la intimidad de tu frente clara como
una fiesta
ni la costumbre de tu cuerpo, aún misterioso
y tácito de niña,
ni la sucesión de tu vida asumiendo palabras o silencios
serán favor tan misterioso
como mirar tu sueño implicado
en la vigilia de mis brazos.
Virgen milagrosamente otra vez por la virtud absolutoria
del sueño,
quieta y resplandeciente como una dicha que
la memoria elige,
me darás esa orilla de tu vida que tú misma no tienes.
Arrojado a quietud,
divisaré esa playa última de tu ser
y te veré, por vez primera, quizá,
como Dios ha de verte,
desbaratada la ficción del Tiempo,
sin el amor, sin mí.

Jorge Luis Borges

martes, 22 de septiembre de 2009

Pasajes


Camina con
la lentitud y la atención
de un peregrino
va
como quien sobrevuela
-inmerso en los vaivenes de los vientos-
el suelo accidentado,
la forma inesperada
que adquieren en la tierra los obstáculos,
anda
montado en
la vaporosa nube donde sueña el espíritu,
-su adormilado éxtasis
es llama,
fuego y aceite en las ventanas
lejanas y omniscientes de los faros-
sobre la mar, camina
abriendo en dos las aguas que lo ahogaron
años atrás,
en esa vida que ya es otra y es la misma:
un pequeñisimo cristal, una miríada de astillas
escandidas e idénticas
que dan forma a las formas y recrean
lo nuevo, que es un velo,
una máscara secreta del olvido,
llega
al país desde el cual inició el viaje,
ronda
la idea, la emoción, el desatino de una fe
golpeando -como el trabajo de un pacífico volcán-
lo que haya osado pararse sobre el mundo
sobre el enclenque barro de sus pies, el barro ciego,
esa materia del ser antes del soplo,
el vago éter inasible,
de lo que espera
quieto en la densa tiniebla del instante
que precede al nacer.

jueves, 17 de septiembre de 2009

Temor y temblor


Duda
como quien tiene que entrar en un poema
o narrar su impresión de catedrales
o mirar un paisaje de aquellos que devastan el ojo para siempre
algo se inquieta en él y exhibe
en un instante
un alma frágil
su temblorosa manera de amar cuando se toca
lo que ha nacido
de esa materia nebulosa del ideal del sueño.
La realidad se nos presenta
desnuda y fría, como la astilla de un dilema
que el hacer de las manos
-su afán metódico y forzado-
no ha de volver a reunir,
ni en el agua más pura se disuelve.

domingo, 13 de septiembre de 2009

El optimista

L´ho fatta con le mie mani. Silvia Levenson

Un optimista ve una oportunidad en toda calamidad; un pesimista ve una calamidad en toda oportunidad.
Winston Churchill





Acaso por un hábito secreto de los ojos,
(la ruta conocida del desliz)
él se acerca o se inclina
a descubrir el brillo
agazapado en la última escena de la noche
recamada en las sedas de ese telón que cae
como una flor esquiva.
Llevado apenas por la música de todas estas voces
camina, y no abandona
el mapa que no ha sido y que no es
más que unas líneas vagas en la mente de un loco
un críptico mensaje que le ordena seguir.
Anda, como si el cielo pudiera, al fin, moverse
y un giro de cometas o un viento de galaxias
distantes e improbables,
augurara la cifra
que cobija su suerte, y un extraño
azar que se le ocurre, por abreviar, destino
lo enfrentara debajo de la única sombra que ilumina
y descubriera el puente que une principio y fin.

miércoles, 9 de septiembre de 2009

Confesión



Decir que nada temo

sería faltar a la verdad.

La enfermedad, la humillación,

me atemorizan.

Tengo sueños, como cualquiera.

Pero aprendí a ocultarlos

para protegerme

de la plenitud: la felicidad

atrae a las Furias.

Son hermanas, salvajes,

que no tienen sentimientos,

sólo envidia.

Louise Glück
(Ararat)

miércoles, 2 de septiembre de 2009

Paisajes


Ahora que la llovizna
es sordina de músicas
inquietas de la calle,
ahora que reluce
como un destello apenas
sobre el asfalto oscuro,
alguien me habla de parques arbolados
a la vera del río
me señala
una casita clara y elevada
sobre cuños de madera
rodeada de pequeñas flores rojas.
Buscamos
belleza en un lugar:
elegimos la imagen
de esta fotografía
y alcanza, por ahora
para hinchar los pulmones
respirando
el aire que vendría
si
el giro de la rueda
de la magra fortuna
tocara
con fuerza de badajo de campana
desde lo alto de un templo,
y exaltada y exacta
anunciara un suceso
un destino inefable
que trastorne estos días.