Vía Miguel, vía Nacho.
Hay en la intimidad de los seres humanos
una línea secreta que ni el amor
ni la pasión pueden atravesar.
Aunque los labios se fundan en besos eternos
y los cuerpos permanezcan unidos mucho tiempo
no la pueden pasar.
Los que intentan pasar esa línea
están locos.
Los que saben que no la pueden pasar
son heridos para siempre por la tristeza.
Ahora comprenderás porque mi corazón
no late bajo tu mano.
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1 comentario:
La caja negra de cada uno de nosotros, semejante a la de los aviones. Precioso rescate, Inés. Un beso.
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