miércoles, 29 de diciembre de 2010
Vendrá la muerte, y se apropiarán de tí
Comienza el mito, la historia que cada uno puede inventar sin que el protagonista pueda hacer las correcciones pertinentes. Lo conocí -es una manera de decir, lo ví, crucé con él unas palabras- en el último lustro de los 80. Me pareció un tipo retraído (acaso la sordera) y tímido, diría . A Zelarayán no lo inventó nadie, estaba ahí, al margen, haciendo lo suyo con destreza, solito su alma, pobre, malviviendo. Que descanse.
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