viernes, 3 de julio de 2009
Asomo
Me asomo
el borde del balcón es una orilla
-la bravura del mar es la amenaza-
los vientos nos empujan
no hay nada más que espuma en la piel de tus brazos
desnudos y ateridos, como si algo encerrado
en la bodega del barco más oscuro,
royera con pequeños movimientos
la cúpula invisible.
Admite tus errores, yo arrodillo a los míos,
cancelemos, entonces, alma en pena y agónica
(de un golpe repentino)
el día en que este mundo que hemos visto
mostró el filo, los dientes,
y ha vaciado hasta el hueso las cosas que decimos.
No aludas a otra cosa, no lo digas:
la voz de estos fantasmas
-sólo música, canto, aquello que hemos sido-
es la presa de un cuervo malicioso
sus alas se despliegan en penumbra,
ya no veo, ni escuchas
el balcón nos arropa en su silencio,
su distancia animal nos aniquila.
Nieva sobre las calles de la ciudad vencida
la serena blancura de esta noche que abrasa,
brota una sangre impura debajo de esas púas
quemadura del hielo que a tu memoria llama
-sólo hasta el alba somos, corona revelada-
Hay cristales de escarcha que empuño como espejos,
te sueño sin dormir, cuando me asomo
y te busco detrás, como un manto en la espalda,
envuelta en el más puro escalofrío.
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2 comentarios:
...en el más puto escalofrío.
Sí, así sería mucho más contundente.
Tenés razón, Viga. A propósito,(y no es para devolverte la puteada) anduve leyendo tus últimos post y me dije:¡la puta que escribe bien, esta Viguita!
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