jueves, 2 de abril de 2009

Aurora boreal



Una hora no es sólo una hora, es un recipiente repleto de perfumes, sonidos, proyectos y climas.
Marcel Proust


Un puñado de pequeñas partículas, un choque, un estallido
en el campo magnético del aire
que rodea la tierra,
delirio de la noche de los polos,
luz que brota en el fondo nocturno de este cielo:
su belleza se ha helado en favor del instante
y en honor de ese instante, nos detiene.
La hemos visto,
nos mira
descompone sus rizos, su dibujo
de tapiz que se teje
en las grutas del cosmos, exhibe su plumaje
de natural realeza, imprevisible.
Aurora,
dulce lazo irisado vecino del temblor
sorprendida conciencia
de estar aquí o allí,
desterrados y a oscuras.
Ahora el mundo que amábamos se apague,
pobrísimo y vacío
detrás de ese fulgor.

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