Por un enmarañamiento que se pierde de la vista en
el inmenso cielo gris, de poleas, de pértigas, de tablas, de amarras, sube.
No es una escala de Jacob, sino un andamio inseguro. Y por ahí es por donde trepa: a cada cual sus trabajos forzados.
¿Cómo accede a confiar en esas agujas, en esos cabos en vilo de los que nada prueba ni a la vista ni al cálculo – más bien lo contrario - que estén asegurados en un punto verdaderamente fijo y sólido y fiable? Sin duda no tiene elección y avanza titubeante por el espacio sin poder hacer otra cosa, en perfecto silencio, y sin volver la vista ni una sola vez.
Henri Michaux
3 comentarios:
Genial.
Noto que el maguila que está linkeado es un impostor, cuyo único fin fue robarme el dominio en blogspot, mi dir es maguila.com.ar.
Beso
¡Michaux! Yo pensé que ya nadie leía a Michaux.
Ya lo eliminamos, Maguila. Acá sólo linkeamos auténticos.
Puck, lo suyo es una creencia descreída. Michaux tiene lectores todavía.
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