revolviendo en el fondo del cajón
la sobrevida de alguna cosa inútil
aparece la sangre inesperada
entonces hay un filo
que ha podido
cortar el largo hilván de las imágenes
miro mis manos sin descanso
-las he mirado toda la mañana-
y no creo
haber sido quien sostuvo la navaja:
no hay nada aún en ellas
que pueda persuadirme de un intento
-siquiera del intento
digo, pienso-
de enfrentarme
aún armada con cientos de esos filos
al temido detrás de tus palabras
domingo, 31 de enero de 2010
martes, 5 de enero de 2010
Acantos funerarios
El jardin se ensombrece,
las rojizas caléndulas se inclinan
hacia la húmeda tierra.
Todo lo que intentamos
fue vencer los edictos
apoyando las plantas, de lleno, sobre el césped
pero nada se yergue contra lo oscuro, ahora
nadie
se imagina siquiera
en un lugar tranquilo,
donde la noche sea
consecuencia del día.
Ovillado en tus brazos, aquel amor antiguo
como antigua será, al fin, toda inocencia,
vaga,
gime desde su lenta pereza de asesino.
Los crímenes del tiempo desgarran las pupilas,
han herido mi boca, condenando tu aliento
a entrecortarse, seco
como un vapor infame de lo que fue dulzura.
Oscurece pensarse
-las ventanas cerradas a toda extraña luz-
dormirse entre las hojas
que ennoblecen la tumba de la hija de Calímaco
o el bordado vestido de Helena ( la más bella)
si el más lucido acanto no regresa la vida,
las túnicas no cubren amargas impudicias.
La tela que has tejido, con palabras ajenas
no ampara la vileza de tu cuerpo sin sombra
las rojizas caléndulas se inclinan
hacia la húmeda tierra.
Todo lo que intentamos
fue vencer los edictos
apoyando las plantas, de lleno, sobre el césped
pero nada se yergue contra lo oscuro, ahora
nadie
se imagina siquiera
en un lugar tranquilo,
donde la noche sea
consecuencia del día.
Ovillado en tus brazos, aquel amor antiguo
como antigua será, al fin, toda inocencia,
vaga,
gime desde su lenta pereza de asesino.
Los crímenes del tiempo desgarran las pupilas,
han herido mi boca, condenando tu aliento
a entrecortarse, seco
como un vapor infame de lo que fue dulzura.
Oscurece pensarse
-las ventanas cerradas a toda extraña luz-
dormirse entre las hojas
que ennoblecen la tumba de la hija de Calímaco
o el bordado vestido de Helena ( la más bella)
si el más lucido acanto no regresa la vida,
las túnicas no cubren amargas impudicias.
La tela que has tejido, con palabras ajenas
no ampara la vileza de tu cuerpo sin sombra
(araña de dos mundos)
en mi pecho tallaste una frase terrible:
en mi pecho tallaste una frase terrible:
mentiras y verdades; pura melancolia.
viernes, 1 de enero de 2010
Correo de hoy
Asunto: Y me deseaban salud
Querida Inés:
Ayer cuando volvía a casa después de celebrar el anio nuevo me resbalé en el hielo y me jodí una rodilla.
Ahora voy al hospital y por si acaso me tuviera que quedar ahí, te quiero desear un feliz cumple por este medio, ya que es demasiado temprano para llamarte.
Si me dejan volver a casa te llamo. Si no, ya sabés.
Feliz anio nuevo y feliz cumpleanios!
Delia
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