lunes, 23 de agosto de 2010

Arte oriental

Sólo es dinero, señores


viernes, 13 de agosto de 2010

martes, 10 de agosto de 2010

Polos

Las aguas se separan, se cortan los  Lazos

sábado, 7 de agosto de 2010

De otros

No se ven las razones
-algo turbio las vela-
no aparece el motivo
sobre la superficie,
no flota sobre el agua
el pañuelo perdido
ni la pared recita
una palabra negra
de furtiva escritura
insiste, sin embargo,
esa frase robada
en el poema de otros:
no te veré morir (qué marmórea certeza)
y entonces, esa rara cadena  se interrumpe
en el paisaje estrecho del sentido
que contemplan tus ojos  y mis ojos
-no hay, dijiste que no habría,
lugar donde esconderse si está echada la suerte-
y  al fin, estás ahora de espaldas, nuevamente
caminando  a lo lejos
y muda  te  contemplo y vuelvo  el cuerpo entero
hacia el plano del mundo donde nadie
conocía el secreto
que  incluía tu nombre y otras cosas
todo eso  imposible de explicarse
más allá de lo obvio que cualquiera sugiere
cuando tapa lo oscuro con lo oscuro
y disuelve enseguida la pregunta
que jamás se formula y que no puede
contestar sin un ápice de honesto desconcierto
porque todo se ha dicho
hace tiempo y a tiempo
y no hay modo de abrirse a un hecho  sorprendente
sin rasgar el papel, o desatar la cinta
dando gracias al cielo, si al fin, está estrellado
o tiritan, azules, los astros, a lo lejos.

miércoles, 4 de agosto de 2010

De Kooning

Según Hugo Savino, este pintor es la imagen de Néstor Sánchez. (Salto de mata. Letranómada)

martes, 3 de agosto de 2010

Alguna memoria I

Bella que me anuncias una extraordinaria complicación. Tantos


crímenes olvidados reaparecen por ti.



Llega el tiempo de la proeza infatigable frente a tus ojos sin sueño

que ningún diamante puede cerrar.



Ella se expone a las angustias del siglo, usinas de la realidad. Más

explícita se quiere, menos se la conoce. El sueño de los asesinos y

de los poetas es que llegue a tener un rostro.



Para llegar aquí, ella debe atravesar una región de fotógrafos

exacerbados por su asombrosa presencia.



A pesar de su aplicación, estos espectadores sólo se quedarán

con las pruebas delebles de su distancia de la verdad. Es que para

retenerla hubiera sido preciso transformarse en ella, ser ella, y no su

descripción más o menos feliz. Yo me lo repito siempre después de

mis tentativas inútiles.



Ella mantiene la frescura, la diligencia feliz de la vida, por cuya justificación

nos dejamos tentar, hierros de tristeza y de habilidad vergonzosa. Invita

a los hombres, a quienes sabe posibles no por el memorial de sus servicios

sino por la suma de su condición, a un juego de alta conciencia y de

contumancia en el extremos de los enigmas. Ha conseguido así formar una

tribu dispersa por el mundo, cuyos miembros se ignoran mutuamente y sin

embargo reparan en común los hilos rotos de una gran red de belleza.



La jurisprudencia acumulada por las heridas, la imagen del mundo

construida con la memoria de una continua decepción, la torpeza de la

saciedad en el epílogo, todas las apariencias de la consumación se

borran y se anulan en el esplendor de ese deseo que arrastra consigo,

el asombro, el origen y la felicidad del universo y que ella, continuamente,

se complace en inspirar.

RAUL GUSTAVO AGUIRRE